Discípulos de la Experiencia, Leonardo da Vinci y Moy Yat

Por el Gran Maestro Leo Imamura

Cierta vez, Leonardo se autodenominó “Discípulo de la Experiencia”. Fueron palabras de él:“Primero debo hacer algunas experiencias y sólo entonces proseguir, ya que mi intención es la de consultar primero la experiencia y después, a través del raciocinio, demostrar por que tal fenómeno ocurre de esta forma” .
Eso es ¡Vida Kung Fu!
Leonardo también afirmó que:“Los objetos de mis investigaciones requieren experiencia, y no las palabras de otras personas”. Eso también es ¡Kung Fu!

Leonardo da Vinci criticaba a las personas presuntuosas que quedaban desfilando por ahí llenas de pompa, con nariz empinada, adornadas no por obra del propio trabajo, sino por el de los otros.  Por esta razón, Isaacson afirma que el hecho de que Leonardo haya sido bastardo fue una ventaja, pues impidió de ser envidado a una de las escuelas de latín. Muy común en los primeros años del Renacimiento.

Da Vinci era un autodidacta por excelencia y hasta se sentía orgulloso que la ausencia de educación formal había transformado su persona en un discípulo de la experimentación y de la experiencia.

La propia experiencia como parte del proceso de Vida Kung Fu

Este contexto nos recuerda mucho la historia del Patriarca Moy Yat, el mentor del Gran Maestro Leo Imamura, que también fue un autodidacta en muchas artes.  El Patriarca Moy Yat acostumbraba a decir que el único maestro formal que tuvo fue el Patriarca Ip Man y fue a través de lo que el llamaba de vida kung fu que el Patriarca Moy Yat puedo desarrollar su Kung Fu.

Cuando Moy Yat interrumpió sus estudios académicos, él fue a hablar con el Patriarca Ip Man el cual le dijo algo que lo impactó: “Moy Yat, las cosas más importantes que aprendí en la vida, no fueron en la escuela; por lo tanto, aprenda a aprender de la vida. Ella es nuestra gran maestra”

Fue a partir de ahí que el joven Moy Yat pasó a acompañar a su maestro Ip Man en el cerrado círculo de pensadores chinos de Hong Kong.  Intelectuales que aprendían mucho más allá de los libros: ellos aprendían a través de las experiencias.

Moy Yat y su aprendizaje con Ip Man (Yip Man)

En los primeros años, el joven Moy Yat no entendía por qué su mentor Ip Man insistía que él se quedara sirviendo té a él y a sus amigos, mismo después del horario del último autobús.  Fueron varias las ocasiones que él tuvo que volver para su casa a pie sin saber por qué su maestro se comportaba así con él.
Pasaron muchos años y el Patriarca Moy Yat se tornó un gran conocedor del pensamiento clásico chino de su generación, gracias a su imposibilidad de poder apoyarse en el estudio académico.  Su erudición vino de la experiencia igual que en el caso de como Leonardo.

Durante su jornada de estudios, el Patriarca Moy Yat preguntó a su maestro Ip Man como hacer para estudiar a la noche, pues cuando leía sentía mucho sueño. El Patriarca Ip Man demostrando que realmente tenía experiencia en el estudio autodidacta, orientó a mi mentor a variar la distancia del libro que leía, a fin de mover la musculatura del ojo y así disminuir el sueño que sentía.

Lo interesante que mismo que el libro sea algo que lleva a la experiencia de otro.  La experiencia de leer un libro de esta manera, lleva a un grado de vivencia de aprender a como aprender no solo su contenido, sino también el proceso como un todo.

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